«Se han hecho demasiadas concesiones»
Andrés Corchero. Puertollano, Ciudad Real, 1957. Lidera, junto a la también bailarina y coreógrafa Rosa Muñoz, una de las más sólidas agrupaciones de la danza hecha en Cataluña. En 1994 comenzaron los dos creadores su andadura en compañía, y desde entonces, y al frente de la formación Raravis, residente de L´Estruch de Sabadell desde el año 2002, funcionan en perfecta comunión, pero también por separado. Incansable investigador de las formas del cuerpo y de la danza, se presenta Andrés Corchero como uno de los grandes conocedores y practicantes de la danza butoh (danza contemporánea japonesa) en nuestro país. La estudió en Japón junto con los reconocidos maestros Min Tanaka y Kazuo Ohno, y entre 1986 y 1991 fue miembro activo de la compañía Maijuku, liderada por Tanaka. En su interés por la mezcla dancística de varias disciplinas, Andrés Corchero ha sido miembro fundador del colectivo de improvisadores IBA, que realizan una programación semanal de improvisaciones de música y danza. Premio Nacional de Danza de Cataluña por su obra el Bufón bajo la tormenta (2002) y por el resto de su trayectoria, Andrés Corchero contiene un sólido currículum creativo repleto de colaboraciones. Invocaciones (2005), obra en la que conviven la voz de Miguel Poveda, el piano de Agustí Fernández y la danza de Corchero y A modo de esperanza (2001) y Cuestión de instrumento (2002), las dos junto a Agustí Fernández, algunos ejemplos. Otras piezas de Corchero son Mirlo blanco (2001), Encarnación y el silencio (2003) y Despacito (2006), Sosa, y Camino-Michi (2010).